Ciudad de México, 1960. Auerelia vive feliz con Andrés y sus pequeñas Leonor y Beatriz. En visperas de tener a su tercera hija, él muere en un accidente. Años después, Leonor, la hija mayor, ha dejado los estudios para ayudar a Aurelia a mantener la casa. Beatriz, inmersa en la música, deja que la vida se la resbale como una extraña melodía. La adolescente Nadia tiene un sólo interés: buscar nuevas experiencias. Aurelia comienza a perder la sensibilidad al dolor y las relacíones familiares se enrarecen hasta la irrealídad, al punto que la familia se va desintegrando como la casa que habita.