Al visitar el Louvre, Muriel está convencida de que la Mona Lisa es igual a ella y son como hermanas. Después el guardia, que está seguro de que Muriel no se parece en nada a ella, cierra el Museo pensando que ya todos los visitantes han salido. Pero los Bagge quedan encerrados dentro del museo y en ese momento las pinturas empiezan a cobrar vida.